Anécdota de la limpieza del huevo

¿Alguna vez se han preguntado, qué tan difícil es limpiar huevo?

No sé si han notado que existen ciertos establecimientos dónde el huevo te lo venden un poco más barato.

La razón de su precio es que te lo venden con algunos restos de heces fecales del animal.

Con estos precios tan elevados de la canasta básica muchas personas optan por comprar el producto así y se dán a la tarea de realizar una limpieza del producto en sus respectivos hogares.

En la anécdota pasada recordarán que para evitar que el proveedor dejara producto en mal estado, yo me encargaba de monitorear su llegada.

Podría interesarte Estiba de semillas  

En dicho monitoreo realizaba una evaluación tanto del proveedor como del producto, y realizaba la devolución del producto cuándo no cumplía con los parámetros de aceptación.

El proveedor más difícil de evaluar era el del huevo, ya que era muy complicado revisar entre 150 o 200 kg de huevo.

La limpieza de huevo en el almacén

Cuando carecíamos de personal, la acción era entrar a ayudar, aprendí primero que nada a tomar los conos de huevo correctamente.

Entendí que por algo tienen las ondas que los caracterizan, en dichas ondas, se colocan los 4 dedos a excepción del dedo pulgar.

Empiezas a revisar cono por cono y huevo por huevo con ligeros movimientos para evitar romper el producto, de esta manera en cierto lugar se colocaban aquellos huevos que estaban fracturados o rotos.

Anécdota de la limpieza del huevo

Los auxiliares de almacén tenían una habilidad para realizar la limpieza velozmente.

Cuándo terminábamos de revisar el huevo, con ayuda de algún compañero de trabajo tomábamos el peso de lo mermado para notificarle en ese momento la cantidad rechazada al proveedor.

Dicha merma siempre se le devolvía debido a qué por cuestiones de higiene no queríamos seguir acumulando producto en malas condiciones.

Podría interesarte Anécdota de alimentos caducos  

Lo único que descarto y siempre descartaré, es que en el almacén hacía un calor infernal, debido a que el techo era de lámina.

Siempre entregamos al departamento de compras la cotización de unos ventiladores, pero dichos ventiladores nunca llegaron.

La temperatura de dicho almacén alcanzaba los 25-27 °C, además de esto, no existía una cámara de conservación exclusiva para el huevo.

Podría interesarte Anécdota sobre la cadena de frío  

En conclusión

Nunca descartes aprender de ciertas personas como lo son los auxiliares de almacén, lo cierto es que en la universidad nunca me enseñaron a tomar los conos de huevo correctamente y fue aquí donde aprendí cómo hacerlo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *